Decidir trabajar con una estrategia basada en cuentas no es una moda ni una fórmula universal.
Es una decisión que depende del modelo de negocio, del tipo de venta, del ciclo de decisión y de la ambición comercial de cada marca.
Pero cuando el objetivo es abrir puertas en cuentas específicas, construir relaciones con interlocutores clave y mover decisiones de alto valor, el ABM (Account-Based Marketing) se convierte en una herramienta poderosa.
Eso sí: no cualquier ejecución es ABM.
Y no toda personalización es estrategia.
En la práctica, muchos equipos dicen hacer ABM cuando simplemente:
Eso es segmentación.
No es diseño de cuenta.
Y mucho menos es estrategia.
Una estrategia de ABM bien planteada implica cambiar el enfoque desde volumen a precisión.
Desde campañas amplias a experiencias personalizadas.
Desde contenido genérico a narrativa relevante.
Los elementos clave:
No se trata de elegir las “más grandes”. Se trata de elegir las correctas:
Cada cuenta tiene su propia historia, desafíos y contexto político interno.
El ABM parte de un research real: cultura, modelo de negocio, prioridades visibles y señales de decisión.
Una estrategia de ABM no comunica beneficios genéricos.
Construye una historia en torno a lo que esa cuenta necesita destrabar.
El contenido no vende; genera confianza y posicionamiento.
No basta con enviar mensajes.
Hay que estar presente en los puntos de contacto que importan: social, email, call, sitio, eventos, propuestas.
Cada punto debe sentirse como parte de una misma historia, no como piezas desconectadas.
Más allá del concepto, lo importante es activar. Si estás evaluando implementar ABM, estas son las primeras decisiones que deberías tomar:
ABM no siempre busca cerrar ventas inmediatas. Puede servir para:
👉 Pregunta clave: ¿Qué quieres lograr realmente con estas cuentas?
No elijas por tamaño o fama. Elige por fit y potencial:
👉 Es mejor trabajar bien 10 cuentas que hablar superficialmente a 100.
ABM no parte de una pieza, parte de una lectura profunda:
👉 Herramientas útiles: research comercial, prensa, perfiles de LinkedIn, entrevistas internas, buyer personas.
No copies y pegues tu pitch.
Construye una historia que conecte con el momento, la fricción y la ambición de esa cuenta:
👉 La personalización no es cosmética. Es estratégica.
El ABM bien hecho se siente como una conversación continua, no como una venta forzada.
Integra contenido, canales y contacto comercial con coherencia.
👉 Cada touchpoint debe sumar valor, no solo pedir atención.
Muchos intentan ejecutar ABM sin haber resuelto lo más importante: cómo contar lo que hacen con claridad, consistencia y dirección.
Si no tienes una narrativa sólida, será difícil:
Una buena estrategia de ABM parte desde una narrativa madre bien pensada.
Una que sepa hablar con foco, adaptarse a cada cuenta y mantener coherencia en cada punto de contacto.
Sin historia, no hay estrategia que escale.